En una suave colina de arena, en la bahía de Pisco, se encierra un misterio no resuelto de la historia, un Candelabro inmenso, dibujado sobre la cambiante superficie de arena, sin que jamás se haya borrado.
Pisco, nombre quechua que significa "pájaro", es un lugar que se encontraba dentro del territorio de las culturas prehispánicas Paracas y Nazca.
La dirección del Candelabro, junto con el viento y el agua marina han hecho una gruesa capa cristalina que lo ha mantenido desde su creación.